HISTORIA del Nacimiento de la Obra

Fundador de la Santa Infancia Misioenra


HISTORIA DE SU FUNDADOR

Carlos Augusto María de Forbín Janson, francés de una noble familia del Sur, nació en París el 3 de Noviembre de 1785. Se formó para el Sacerdocio en los Padres Sulpicianos, siendo admitido en el Seminario en 1808; ordenado en 1811.
Fue ordanado Obispo de Nancy ( Francia ). Como Obispo de sintió impulsado por los signos de su tiempo, que inspiraban iniciativas en favor de la actividad misionera de la Iglesia (surgieron muchas fundaciones de Congregaciones con carisma Misionero y la fundación de la Obra de la Propagación de la fe, en Lión, en 1822 ).
No se conserva gran cosa con respecto a su espiritualidad misionera. Sin embargo el hecho de haber puesto la idea de "misión" en el centro de su apostolado es suficiente en sí mismo para pensar que Forbin Janson tenía una espiritualidad que alimentaba su entusiasmo y esfuerzo misionero.
El clamor de los misioneros de Oriente halló profundo eco en el corazón del Obispo francés. En sus anhelos de remediar la triste suerte de los niños paganos abandonados por sus padres, pensaba en una obra que sin perjudicar a la Propagación de la Fe, se ocupase especialmente de esta necesidad.
Por fin en un encuentro que tuvo en Londres con Paulina Jaricot en el año 1843, surgió la luz necesaria y de aquella reunión nació la Obra de la Santa Infancia. Los niños cristianos con ORACION, SACRIFICIO Y AYUDA, se encargarían de salvar a los niños abandonados. Vendría a ser esta Obra la Propagación Infantil de la Fe.
A partir de esta fecha Mons. Forbín Janson empezó a trabajar por organizar y extender su Obra. Cuando se disponía a realizar su ideal de ir a la China fue llamado por Dios en Noviembre de 1844, cerca de Marsella.
Universalidad de la Obra
Aunque el triste estado de la infancia china dio ocasión al nacimiento de la Obra, esta se orientó muy pronto hacia el universalismo apostólico. El rescate, el Bautismo, el sostenimiento y la educación de los niños de los pueblos que no conocen a Jesucristo, han sido desde un principio los objetivos perseguidos por la obra.